Lemonferns.- Cualquiera que sea la disposición de los sacos de esporas de
un helecho, su destino final es el mismo: cuando las esporas maduran, los sacos
se abren y las esparcen al viento, pues son unos gránulos tan ligeros que
parecen polvo. Las que van a parar a lugares propicios, germinan y dan lugar a
unas pequeñas plantas planas que suelen tener forma de corazón y se denominan
protalos. La mayoría no suelen alcanzar más de centímetro y medio de longitud.
Como los de los licopodios y equisetos, los protalos de los
helechos producen gametos masculinos y femeninos, llamados respectivamente
espermatozoides y oosferas. Cuando maduran, los espermatozoides fecundan a las
oosferas y del huevo o cigoto resultante nace una nueva planta productora de
esporas. Pero los helechos también se multiplican por otros medios. De los
tallos subterráneos pueden surgir nuevos ramilletes de frondas que van
extendiendo la planta hasta formar grandes colonias.
Algunos helechos emiten diminutas protuberancias semejantes
a bulbos en el envés de las pínulas; cuando maduran, los bulbillos caen y se
desarrollan formando nuevas plantas. El llamado helecho caminante recibe ese
nombre por su peculiar procedimiento de multiplicarse: en las puntas de sus
frondas lanceoladas nacen pequeñas plántulas; entonces las frondas se inclinan
hasta tocar el suelo lo que permite a las plantitas arraigarse y seguir
caminando.